A mí un día me pasó una cosa increíble. Tomé un taxi para volver a casa porque salí muy tarde de la oficina, estaba lloviendo y yo estaba agotada... Bueno, pues, ¿a qué no sabes lo que me encontré en el asiento? Pues una caja con un cachorro de...¡león!... Me quedé helada y se lo dije al taxista.
¿Y qué te dijo? ¿Qué hicisteis?
Pues...

Mi madre, una vez, perdió un anillo, que le había regalado mi padre, en los lavabos de unos grandes almacenes. Se lo quitó para lavarse las manos, se lavó las manos y salió del lavabo. Y luego se fue con mi padre al cine. Y cuando salieron del cine y fue a ponerse los guantes porque hacía frío se dio cuenta de que se había dejado el anillo en el lavabo. Y lo más increíble es que lo encontró al cabo de un mes de la manera más extraña...